Los peelings consisten en la aplicación sobre la piel de una/s sustancia/s química, habitualmente pero no siempre ácidos, que actúan eliminando la epidermis (capa superficial de la piel), pero también pueden llegar a la dermis (capa inferior de la piel) en mayor o menor profundidad. Por ello, los peeling se clasifican en superficiales, medios y profundos. A mayor profundidad mayor renovación de la piel pero también más posibilidad de efectos secundarios. También en Bonaderma usamos mascarillas peelings que se diferencian de los peelings normales en que se ponen en la consulta pero se retiran a las pocas horas en el domicilio del paciente.
Los peelings son muy útiles en el tratamiento del acné y sus cicatrices, arrugas y envejecimiento de la piel, manchas como melasma y lentigos, y estrías. Existen muchos tipos de peelings y de mascarillas peeling: salicílico, glicólico, retinoico, fenol, resorcina, hidroquinona, pirúvico, mandélico, tricloroacético, etc., disponibles a variables concentraciones. Cada uno tiene sus indicaciones y frecuentemente en BONADERMA los combinamos en sesiones mensuales. Normalmente 3-6 peelings suelen ser suficientes para encontrar el efecto deseado. La potencia de los peelings y mascarillas peeling dependen del tipo, concentración, tiempo y modo de aplicación, tratamientos previos, etc.; por lo que siempre deben ser realizados por personal médico. Los efectos secundarios de los peelings superficiales, cuando se utilizan correctamente son leves, y consisten en rojez y descamación que duran pocos días y se disimulan fácilmente con maquillaje. Los peelings más profundos pueden formar costras que duran más de una semana. Debe usarse fotoprotectores después de los peelings y antes de iniciar este tratamiento advertirá si tiene antecedentes de herpes facial o de mala cicatrización.