¿Cómo influye el ejercicio físico en la piel ?

Es muy común que uno de los propósitos para el inicio del año sea ponerse las pilas con el deporte. Son muchos quienes se animan a comenzar a practicar algún tipo de actividad física con el fin de ponerse en forma y rebajar el exceso de peso adquirido en las Navidades.
Cualquier dermatólogo en Sevilla te recomendaría que antes de iniciar cualquier tipo de práctica comiences por pensar cómo vas a cuidar tu piel durante la misma. Aquellas ocasiones donde se realicen procesos al aire libre o en la naturaleza necesitarán aún más atención de nuestra piel.
Las campañas para la concienciación y cuidado de la piel suelen realizarse sobre todo en periodos de verano; sin embargo, durante el invierno también es muy importante controlar la exposición solar y el estado de la piel.
El deporte es bastante beneficioso para la salud ya que logra mejorar la circulación, fortalece nuestra musculatura, nos ayuda a adelgazar y a liberar endorfinas. El sudor que liberamos durante el deporte, permite deshacernos de toxinas y prevenir dolencias y enfermedades y, en el caso de la piel, viene bien para las varices y la celulitis; además, nos ayudará a que nos sintamos mucho más felices y sin estrés.
Hay que tener en cuenta algunas medidas. El uso de ropa y calzado adecuados son imprescindibles para evitar rozaduras en inglés y axilas, favorecer la transpiración del sudor y evitar ampollas y hematomas en pies y uñas. Es importante usar gorras, gafas de sol y fotoprotectores altos si hacemos ejercicio al aire libre o en la nieve para evitar quemaduras solares y prevenir el envejecimiento de nuestra piel. Debemos evitar el maquillaje a la hora de realizar el deporte ya que puede irritar nuestra piel y no permitir la transpiración; sin embargo habrá que aplicar protección solar en todo momento.
En cuanto al cuidado posterior al ejercicio, es importante a la hora de la ducha, usar jabones suaves -con agua no excesivamente caliente- y aplicar una hidratante corporal para evitar la sequedad de la piel que ocurre más en el invierno y en la piel más adulta. Zonas como la espalda, brazos y piernas son más propensas a resecarse en invierno y debemos estar más atentos a su hidratación después del ejercicio. En la cara, los labios y mejillas, pueden también resecarse después del ejercicio al aire libre en época de frío y debemos de estar más pendiente de su hidratación con cremas adecuadas; asimismo, el uso de guantes es aconsejable en invierno para evitar la sequedad de manos y los conocidos “sabañones” de los dedos.